Consejos para mantener la motivación en tus clases de cicloindoor

Muchos son los casos que nos encontramos en nuestras formaciones, de instructores que llevan tiempo anclados en la rutina del día a día y pierden esa chispa que les hizo entrar con ilusión en este mundo. No saben muy bien porqué, pero cada día les cuesta más levantarse para ir a dar clase y todas las clases que dan, les parecen iguales. Quieren buscar una salida, pero no saben cómo.

Tenemos buenas noticias, no estáis solos. Todos hemos pasado por una etapa más o menos buena. Hasta los mismísimos Bosquet tienen sus días malos. 

No estáis desgastados, simplemente hay que saber gestionar esas etapas de la mejor manera posible e intentar sacar el lado positivo de todo lo que estamos viviendo. Vamos a analizarlo punto por punto.

Tanto si llevas muchos años impartiendo clases, como si llevas unas semanas, estas sensaciones pueden darse. Es normal que cuando llevas una carga de trabajo importante, por las prisas y por la velocidad de tu día a día, puedas caer antes, pero nadie está exento de este periodo de desmotivación. Ojalá no lo hayas sentido nunca, sería toda una suerte. Pero conviene también ser consciente de que nos puede ocurrir y saber cómo debemos reaccionar. 

En los cursos de nivel 2, este apartado lo tratamos de manera especial. Nuestra amplia experiencia en este sector hace que seamos partícipes de muchos momentos de bajón de los instructores y queremos ayudarte a superarlo. 

Tips para ayudarte a estar motivado en tus clases

La famosa zona de confort. Somos muy insistentes (por no decir muy pesados…) con que tenemos que salir de nuestra zona de confort… Pero hay un motivo para ser tan pesados. Nos acomodamos en las clases que dominamos, en las salas que nos sentimos agusto, en los alumnos con los que tenemos confianza y ahí en ese entorno nos quedamos, porque realmente es donde estamos cómodos. ¿Por qué no probar esa clase tan loca que tenemos guardada en la recamara dentro de nuestro círculo de confianza? ¿Qué vamos a perder? Roma no se construyó en un día y tampoco se perdió en un día. 

Lo principal que tenemos que tener claro es que nuestras motivaciones no deberían ser extrínsecas. Deberíamos buscar la motivación intrínseca. La comprensión de los motivadores que impulsan nuestro comportamiento son claves para cambiar o mejorar los resultados. Y…

¿Qué es eso de la motivación intrínseca o extrínseca?

La motivación extrínseca es aquella que te viene de fuera, bienes materiales, elogios, ese ansía de refuerzo positivo por parte de los demás. La motivación intrínseca es la necesidad de sentirse competentes, de relacionarnos, de tener autonomía, de superarse o de sentirte satisfecho con lo que estás haciendo, pero nunca con el objetivo de obtener una mera recompensa externa, buscar tu propio desafío interno.

No juzgamos las motivaciones que cada uno tenga a nivel personal, pero dentro del mundo en el que nos movemos, sabemos que la motivación extrínseca se acaba perdiendo. La motivación que nos sale de dentro (la intrínseca) es la que nos hace movernos cada día e intentar mejorar. 

A todos nos sabe a gloria el hecho de impartir una clase y que tenga buena aceptación, que la gente salga contenta y que cada día nuestras clases se llenen de más adeptos a este deporte. Pero no siempre es así, y si nuestra motivación va ligada al número de alumnos que tenemos en clase, puede que acabe por apagarse. Tengas uno, dos u ochenta alumnos, tu yo interno debería ser igual. Tienes un objetivo marcado, que es hacer disfrutar/desconectar a las personas que acuden a tus clases y no debería importante cuántos sean. De hecho, no sería ni la primera ni la última vez que tengo un solo alumno en clase y me bajo a pedalear a su lado. Créeme que esa sensación de conexión y de afinidad con el alumno, es única. No te quedes con el número de alumnos que han ido ese día a clase, quédate con la satisfacción de haber hecho el trabajo bien y de haber disfrutado pedaleando a su lado. Ni a él/ella ni a ti, se os olvidará. 

Después de tratar la dirección que debería llevar nuestra motivación, ponemos otro punto crucial sobre la mesa. Nosotros, no somos tan importantes aquí. De hecho, sin los alumnos, no estaríamos ahí. Es el momento de poner el foco sobre ellos. Puede que nuestras preferencias musicales sean el Rock&Roll, sean las bachatas o sean las rumbas, pero puede que nuestros alumnos no tengan los mismos gustos que nosotros. Nos sentimos cómodos con la música comercial o con el rock, pero en la variedad está el gusto. De hecho, te voy a poner un ejemplo claro que me pasó hace bien poco. Un grupo en el que doy clase, llevaba mucho tiempo marcado por clases machaconas y con cargas altas, bombeo y golpeo a tope. Tenía una clase de rumbas y música española en la recamara que quería probar y en un pequeño momento de locura, decidí probarla con ellos/as (salida de la zona de confort brutal). La reacción que tuvieron fue clara, salieron encantados y con ganas de más clases como esa. De hecho, me siguen pidiendo repetirla a día de hoy… La conclusión que podemos sacar de esto es que no te encierres en lo que crees que les gusta, cambia de registro, arriésgate, porque si no no ganarás. 

A nivel personal el cambio de registro también nos sirve para ponernos a prueba. Eso nos hará forzarnos un poco a la salida de la zona que controlamos y estoy seguro de que saldrán cosas buenas. Nunca actúes por miedo al qué pasará. Fija pequeños objetivos como este, porque serán pequeñas victorias que te harán crecer como instructor. Te darán una perspectiva nueva de los alumnos que igual antes ni habías pensado. 

Otra de las cosas que siempre aconsejamos a los instructores en esta situación es que no pierdan la paciencia porque todo llega y todo cambio cuesta, lo primero. Y lo segundo es que si les parece que en todas las clases dicen y hacen lo mismo, de aquí en adelante en cada sesión que impartan elijan una palabra o una frase nueva, incluso un gesto valdría, que no suelen decir o hacer y que en esa clase la consigan encajar. Yo sigo haciéndolo, apunto en un papel frases o palabras que haya oído a otros instructores o simplemente  que sean nuevas para mí y con ese simple cambio la clase ya tiene un motivo para ser diferente. Un pequeño objetivo cumplido es igual a una pequeña victoria más. 

Otra cosa fundamental de este mundo de locos es el aprendizaje. Nunca dejamos de aprender. Ya sea en forma de cursos de coaching, de expresión corporal o de comunicación verbal, todo suma. El estar en contacto con muchos profes, aprender de ellos y alimentarnos de todo lo que nos pueden aportar es una buena manera de hacernos resucitar. Ir a eventos, ver clases online, escuchar a nuestros compañeros de centro y acudir a sus clases puede hacernos crecer de una manera brutal, aunque dé pereza, todo sacrificio tiene su recompensa, lucha por un objetivo. 

Caerse está permitido, levantarse es obligatorio.  

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